Mitos del amor romántico

Mitos del amor romántico

Acabamos de pasar la fecha de San Valentín y me gustaría aprovechar para hacer algunas reflexiones sobre el amor tal y como lo conocemos, o más bien, tal y como se nos ha inculcado que es.

Vengo a hablarte de algo que quizás ya conoces, y si no lo conoces, te sonará bastante: el amor romántico.

 

¿Qué es el amor romántico?

Si preguntásemos a Walter Riso, nos diría que “el amor romántico se fundamenta en lo que podríamos llamar una filosofía “omni”, la cual considera que el amor en general y el amor de pareja en particular son: omnipresentes (ocupan todo el ser), omnipotentes (todo lo pueden) y omnisapientes (fuentes de sabiduría infinita). En resumidas cuentas, si estás enamorado, estás hecho: pleno, poderoso y sabio”.

Por otra parte, no podemos hablar de amor romántico sin tener en cuenta una visión feminista. Así, Kate Millet ya lo dijo: «El amor ha sido el opio de las mujeres como la religión de las masas. Mientras nosotras amábamos, ellos gobernaban. Tal vez no se trate de que el amor en sí sea malo, sino de la manera en que se empleó para engatusar a la mujer y hacerla dependiente, en todos los sentidos. Entre seres libres es otra cosa».

Podríamos decir, por lo tanto, que el amor romántico es ese ideal al que todos aspiramos para llegar a sentirnos complementados y realizados. Ese amor idílico que todos tenemos que conseguir, pero que está lleno de mitos que muchas veces asumimos como verdades incuestionables y que quizás, terminan haciéndonos más mal que bien.

El amor romántico se apoya en creencias tradicionales y en expectativas idealizadas que pueden provocar la creación de relaciones basadas en la desigualdad y la violencia.

Esta idea de amor romántico, que nos ha sido inculcada desde que somos pequeños, contiene una serie de mitos. A continuación vamos a ir viendo algunos de estos mitos.

  1. El amor todo lo puede.

“El amor todo lo cree, todo lo disculpa, todo lo soporta, todo lo sufre…” y por tanto si el amor es verdadero, no existen los obstáculos, y si hay problemas, es suficiente con el amor, para poder solucionarlos y justificarlos.

Una de las posibles consecuencias de este mito tan interiorizado en muchas personas, es el llegar a soportar cualquier situación en aras del amor.

  1. El amor a primera vista.

“Si no me ha entrado por los ojos, es que no era Él/ELLA”.

Muchas personas creen que para que sea “amor del bueno”, es necesario que se haya dado un flechazo.

Por supuesto, hay quien comenzó su relación con un flechazo, pero… ¿nunca te ha pasado que aquella persona que veías como “del montón” te terminó pareciendo atractiva? ¿O que esa relación que comenzó siendo de amistad, terminó en algo más? Para que una relación sea buena, no es necesario que haya un flechazo.

  1. La media naranja.

“Estamos hechos el uno para el otro”, “sin ti no soy nada”.

Esta creencia, nos lleva a considerar que nuestra pareja debe ser una extensión de nosotros mismos. Y sin ella, estamos incompletos. Esta idea no solo nos coloca en una situación de incapacidad y de autoinsuficiencia, si no que exige al otro que se comporte y que sea como nosotros esperamos.

El mito de la media naranja, puede conllevar un elevado nivel de exigencia en nuestra relación (con la consecuente decepción si el otro no se comporta como esperamos), o bien, puede llevarnos a permitir todo, ya que se trata de nuestra pareja ideal, nuestra media naranja.

¿Y si en vez de vernos como media naranja que busca complementarse, nos vemos como una naranja entera y autosuficiente?

  1. La unidad.

“Debemos compartir todo nuestro tiempo”, “nuestros gustos y hobbies deben ser los mismos”, “somos uno”.

Muy relacionado con el mito de la media naranja. Hay personas que cuando empiezan una relación “se convierten” en su pareja, compartiendo absolutamente todo con ella y no dejando espacio a su propia identidad.

Es muy importante compartir tiempo, inquietudes y aficiones con nuestra pareja, pero nunca debemos olvidarnos de quienes somos.

  1. Los celos son una prueba de amor.

“Siente celos porque me quiere mucho”, “si no se pone celoso/a es que no le importo”, “pensaba que ya no le quería, pero he sentido celos”.

La idea de que los celos son una expresión de amor es errónea y peligrosa en algunos casos ya que puede justificar comportamientos egoístas, injustos, represivos y, en ocasiones, violentos.

En realidad, los celos son expresión de inseguridades y dependencia y conllevan la creencia de que la otra persona nos pertenece.

  1. La exclusividad.

“Cuando se está enamorado, no es posible sentir atracción por otra persona”, “no tengo ojos para nadie más”.

Este mito viene a decirnos que, si estamos enamorados, ya no podemos sentirnos atraídos por otra persona que no sea nuestra pareja.

Dado que tenemos ojos, y capacidad de pensamiento, es normal que nos podamos sentir atraídos por otras personas, aunque tengamos una pareja estable. Otra cosa es lo que decidamos hacer con estos sentimientos, si queremos ser fieles a nuestra pareja, o no.

¿Qué te parece? ¿Has identificado en tus pensamientos o comportamientos alguna de estas creencias?

Para terminar, te dejo un mantra, que quizás puede servirte como antídoto contra estas creencias:

«Yo soy Yo

Tú eres Tú.

Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas

Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.

Tú eres Tú

Yo soy Yo.

Si en algún momento o en algún punto nos encontramos

Será maravilloso

Si no, no puede remediarse.

Falto de amor a Mí mismo

Cuando en el intento de complacerte me traiciono.

Falto de amor a Ti

Cuando intento que seas como yo quiero

En vez de aceptarte como realmente eres.

Tú eres Tú y Yo soy Yo.»

 

Fritz Perls

Si estas u otras creencias están interfiriendo en tu bienestar o en tu relación de pareja, en Psicología Moncloa podemos ayudarte. ¡Consúltanos!

Escrito por: María Morcillo Cordero.

No Comments

Post A Comment