Gestionar la incertidumbre: una habilidad psicológica clave para tu bienestar emocional.

"Persona caminando entre la niebla con un farol encendido, representando la gestión de la incertidumbre emocional"

Gestionar la incertidumbre: una habilidad psicológica clave para tu bienestar emocional.

A pesar de nuestros intentos por planificar, anticipar y controlar nuestro entorno, la vida se encarga constantemente de demostrarnos que la incertidumbre es parte natural de la existencia. La incertidumbre es un estado en el que no se tiene información suficiente o clara sobre lo que va a suceder, lo que impide tomar decisiones con confianza.
Sin embargo, la incertidumbre es una parte inevitable de la vida, y las personas las gestionamos de manera muy diferente. La forma en la que cada uno responde a situaciones inciertas o impredecibles depende de muchos factores, como emocionales, sociales, personales o cognitivos.
Desde decisiones cotidianas hasta cambios drásticos como una pérdida de empleo, una pandemia o un apagón eléctrico, como el ocurrido el pasado 28 de abril, la incertidumbre nos acompaña. La clave no está en eliminarla, sino en aprender a gestionarla de forma saludable.

¿Por qué nos cuesta tanto tolerar la incertidumbre?

Signo de interrogación que representa la incertidumbre y la duda.

-Desde una perspectiva biologicista y desde la supervivencia humana:  Nuestro cerebro está diseñado para protegernos. Ante lo desconocido, se activa la amígdala, una estructura cerebral que detecta amenazas. Esto genera una reacción de alerta que, aunque útil en situaciones de peligro real, puede volverse desproporcionada en contextos donde no hay un riesgo inmediato.

-Necesidad de control: Sentir que tenemos el control nos aporta seguridad psicológica. Cuando no podemos anticipar lo que ocurrirá, aparece la ansiedad y el malestar. Esta emoción, en niveles moderados, es adaptativa ya que nos permite movilizarnos. Pero cuando se mantiene en el tiempo o se intensifica puede afectar nuestro equilibrio mental.

-La tendencia a la catastrofización: Algunas personas tienen una tendencia a imaginar los peores escenarios ante lo incierto. La catastrofización es un sesgo cognitivo en el que la persona sigue un patrón de pensamiento continuamente dirigidos a plantearse y anticipar las peores situaciones posibles. Esto no solo incrementa el malestar, sino que también bloquea la capacidad de tomar decisiones efectivas.

Efectos de la incertidumbre en la salud mental:

“Persona experimentando malestar psicológico debido a la incertidumbre y ansiedad”

La exposición continua a situaciones inciertas puede desencadenar o agravar distintos problemas psicológicos: ansiedad, insomnio, trastornos obsesivos (como la necesidad compulsiva de comprobar o buscar certezas) o la depresión.
Además, la incertidumbre mal gestionada también puede influir en nuestras relaciones, generando irritabilidad, impaciencia o incluso evitación de vínculos afectivos por miedo al futuro o a ciertas situaciones.

Estrategias útiles para aprender a gestionar el miedo a la incertidumbre:

La tolerancia a la incertidumbre es una habilidad que puede desarrollarse con práctica
y ciertas estrategias. A continuación exploramos algunas herramientas útiles para manejar la incertidumbre:

1. Aceptar que no todo se puede controlar:
Aceptar no es resignarse, sino reconocer que hay factores externos que escapan de  nuestro control y gestión. Esta actitud de aceptación libera energía que puede enfocarse hacia lo que sí depende de nosotros.
Una técnica útil para esto es distinguir entre “preocupaciones controlables” (como, por ejemplo, prepararse para una entrevista) y “preocupaciones incontrolables” (como qué piensa el entrevistador).

2. Vivir en el presente:
Gran parte de la angustia que genera la incertidumbre proviene de imaginar futuros escenarios posibles, como antes se ha mencionado la catastrofización.
La atención plena (mindfulness) es una práctica efectiva para anclarnos en el presente y no anticiparnos a un futuro o a ciertas situaciones.
Ejercicios de respiración o meditación pueden ser una ayuda para cultivar esta presencia consciente, incluso en medio del caos y el miedo.

3. Desarrollar la flexibilidad cognitiva:
Ser flexible mentalmente significa poder cambiar de perspectiva, adaptarse a nuevas circunstancias y tolerar la ambigüedad. Las personas con esta capacidad suelen tolerar mejor los cambios, ya que entienden que no pueden controlar el desenlace de todas las situaciones.
Puedes entrenar esta habilidad preguntándote: “¿Qué otras formas hay de ver esta situación?” o “¿qué podría aprender si las cosas no salen como espero?”

4. Establecer rutinas saludables:
Podemos generar estructuras que nos den estabilidad como horarios regulares de sueño, alimentación equilibrada, ejercicio físico y espacios para el descanso mental.
Estas pequeñas tareas diarias resultan de gran ayuda en momentos de inestabilidad externa.

5. Buscar apoyo emocional:
Hablar con personas de confianza o pedir ayuda profesional reduce el peso de la incertidumbre. Validar las emociones sin juicio y recibir perspectiva de otros puede ser muy tranquilizador.
La psicoterapia, en particular, es un espacio seguro para explorar miedos relacionados con el futuro y fortalecer recursos internos.

Dos personas dándose la mano como muestra de apoyo y acompañamiento en momentos difíciles.

Aunque solemos asociar la incertidumbre con peligro o pérdida, también puede ser una puerta abierta al cambio. Aceptar que la incertidumbre es inevitable nos libera del intento de controlarlo todo y por el cual en muchas ocasiones las personas sufrimos.
En cambio, podemos cultivar una actitud de curiosidad, confianza y apertura: no sabemos qué pasará, pero sabemos que podemos afrontar lo que venga. No se trata de predecir el futuro, sino de construir una base interna sólida desde la cual podamos enfrentarlo.
La gestión de la incertidumbre no implica suprimir el miedo o la ansiedad, sino aprender a convivir con ellos sin que nos paralicen. Es un proceso que requiere conciencia, práctica y compasión hacia uno mismo. 

Si sientes que este proceso te supera o te genera demasiada ansiedad, no dudes en buscar ayuda profesional. En Psicología Moncloa podemos acompañarte y darte herramientas personalizadas que te ayuden a recuperar tu bienestar emocional y a fortalecer tu resiliencia.

Contacta con nosotros hoy mismo y da el primer paso para transformar la incertidumbre en una oportunidad para crecer.

 

Escrito por: Belén Pérez

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