Consejos para aprender a perdonar y disfrutar el presente.

Consejos para aprender a perdonar y disfrutar el presente.

El arte de perdonar.

Cuando una persona a la que quieres o valoras te traiciona, volver a confiar en ella y perdonarla puede parecer algo casi imposible.

A pesar de ser un proceso doloroso, perdonar es posible y sobre todo, necesario para poder avanzar. Y no solo si queremos reconciliarnos con esa persona, no, perdonar no implica recuperar la relación, sino reconciliarnos con nosotros mismos.

Tendemos a pensar que cuando perdonamos hacemos un favor a la persona que nos ha ofendido, pero en realidad, el favor nos lo hacemos a nosotros mismos. Saber perdonar implica que a pesar de haber sufrido, ese dolor pertenece al pasado y no te impide centrarte y disfrutar del presente, y esto es algo necesario para ser feliz. Si no somos capaces de perdonar, seguiremos viviendo atados al dolor, a la ira, al resentimiento… Y ese rencor, ese enfado, solo te hace daño a ti mismo.

La mayoría de las veces seguimos dando vueltas y recordando lo que nos hicieron, cuando la persona que nos dañó es probable que ya no piense en ello. O si piensa en ello, no sufre de igual modo. Por eso muchas veces hay que perdonar y soltar esa carga que nos impide seguir, por nuestro propio bienestar.

¿Por qué nos cuesta perdonar?

Hay muchas razones para no perdonar, y dependerá de cada persona, de su situación y del daño que le hayan hecho, pero hoy vamos a hablar de las razones más comunes. En algunos casos evitamos perdonar por miedo a que parezca que aceptamos lo que nos han hecho pero esto no es así. No consiste en aceptar lo que nos han hecho, sino en dejar pasar lo sucedido pero tomando decisiones que nos protejan en un futuro. Otras veces es por miedo a exponernos a que nos lo vuelvan a hacer, algo que no está en nuestra mano, perdonemos o no. En ocasiones tardamos en perdonar para que la persona que nos falló pague por lo que hizo, cuando como decía anteriormente, seguramente esa persona no esté sufriendo de la misma manera o incluso ni piense en ello. Intentas castigarle pero te castigas a ti mismo. Tampoco perdonar implica que la persona que nos hirió no tenga que asumir las consecuencias de sus actos o que vamos a olvidar los hechos que han sucedido. Es muy oída la frase “Yo perdono pero no olvido”, pero no se trata de olvidar, sino de poder recordar lo que pasó sin que duela, sin ira, sin necesidad de venganza.

¿Cómo perdonar?

No basta con decir “te perdono”. Muchas veces creemos que hemos perdonado pero al tiempo nos sorprendemos a nosotros mismos recordando ese dolor o esperando una ocasión para poder vengarnos. Perdonar es un proceso. Es algo que se da paulatinamente, y cada persona necesitará un tiempo diferente para poder hacerlo. Si perdonamos demasiado rápido no vamos a poder reflexionar y entender el significado de ese daño, y puede que la persona a la que perdonamos crea que lo que ha hecho no tiene importancia. Es mejor valorar la situación para poder hablar de lo ocurrido y llegar al entendimiento.

Sabemos que perdonar no es algo sencillo, sobre todo cuando nos han hecho mucho daño. Y es que muchas veces queremos perdonar pero no sabemos cómo, por lo que hoy os traemos unos consejos para aprender a perdonar.

  • Toma la decisión de perdonar:

Perdonar es una decisión, es algo que eliges tú, y tienes que quererlo de corazón. Después de tomarte tu tiempo para pensar en lo ocurrido, debes decidirte a dar el paso y dejar atrás el suceso y su dolor.

  • Intenta comprender la situación:

Para poder perdonar es muy importante comprender por qué la otra persona nos causó ese daño. Intenta ponerte en su lugar para entenderlo, pensando en la persona en su forma integral, con todos sus aspectos positivos, no centrándote solo en lo que te ha hecho. Así adoptarás una visión más objetiva de los hechos.

  • Identifica que emociones estás sintiendo:

Trata de identificar las emociones que has sentido. Puede que en un primer momento creas que has sentido rabia, ira… pero busca ¿qué hay debajo de todo eso? Puede que te hayas sentido humillado o rechazado, puede que esa necesidad de venganza esté tapando tu miedo o tu tristeza. Tienes que entender que implica ese daño para ti para poder avanzar en este proceso.

  • Expresa tus emociones:

Después de identificar todas tus emociones, es hora de que las expreses. Es normal sentirte así cuando te han hecho daño pero no tienes que guardarte todo eso. Reprimir y esconder esos sentimientos no te va a aliviar, sino que hará que se genere más sufrimiento. Así que sácalo de ti. Habla con la persona que te hizo daño y explícale como te has sentido con sus actos. No es momento para culpar o discutir, recuerda que has decidido dejar atrás ese papel de víctima y estás decidido a perdonar. Si todavía no puedes hablar con esa persona, escribe una carta (aunque no se la entregues) o habla primero con alguien de confianza, así verás todo más claro. Habrá casos en los que la persona ya no esté en tu vida y no puedas hablar con ella de lo ocurrido. No pasa nada, no es necesario hablarlo con ella para poder perdonarla.

  • Considera la posibilidad de reconciliación:

Valora si es posible recuperar la relación o es necesario ponerle fin. En el caso de que haya reconciliación, recuerda que no está en tu mano que no te vuelvan a herir, pero sí puedes poner límites para intentar que esto no ocurra. Es importante que haya intención de que no vuelva a ocurrir, sino, valora que te aporta esa relación.

Si a pesar de estos consejos notas que no eres capaz de dejar atrás el resentimiento y el dolor, puede que sea el momento de consultar con un profesional. Un psicólogo te ayudará a manejar tus emociones, a asimilar lo ocurrido y a liberarte del rencor. Contacta con Centro de Psicología Moncloa, tu centro de confianza.

 

 

Escrito por: Teresa Sánchez Hernández

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